Ana Chaparro

Ana Chaparro

Detrás de cada voluntario hay una historia vital. Hoy queremos presentaros a Ana Chaparro, auxiliar de enfermería de 35 años. Ana es la delegada social de la clínica solidaria de de Fuengirola (Málaga), y de su experiencia en la consulta destaca la importancia del trato con los usuarios, así como la buena sintonía con los compañeros.

– Te implicaste en la clínica solidaria de Fuengirola en febrero, cuando empezó a atender pacientes. ¿Cómo supiste del proyecto?

– Pues por un enlace en Facebook que colgó una amiga. Me impliqué desde el primer momento. Necesitaba encontrar una actividad que me ilusionara, y al llegar aquí pensé que esto era justamente lo que me hacía falta.

– ¿Qué tal el trato con los compañeros?

– Aquí me he encontrado con gente fantástica, personas con mucha calidad humana, que saben tratar a las personas. A menudo vemos a usuarios que llegan a la clínica con miedo, o reacios, pero justamente por el trato que reciben, siempre se van contentos y sonriendo. Esta manera de tratar a las personas no se aprende estudiando, sino que sale de dentro. Estoy muy contenta. Hay un ambiente de trabajo excelente porque, en el fondo, no es un ambiente de trabajo. Lo de digo en el sentido de que aquí se viene voluntariamente, sin esa sensación de “me levanto por la mañana para ir a trabajar”. La gente viene porque le gusta estar aquí, y somos como una pequeña familia.

– Como has dicho, algunos usuarios vienen reacios. ¿Cómo suele ser el primer contacto con ellos?

– Intentamos explicarles que esto es un nuevo comienzo para ellos. Que los odontólogos no son personas que les vayan a regañar por como traen la boca, sino que entre todos vamos a ponernos manos a la obra para que tengan una boca sana. A medida que vas tratando con los usuarios, estos van cambiando. Ves como día a día se abren más a nosotros cuando vienen a la consulta, y eso es gracias a los voluntarios. Me encanta ver la evolución de las personas que acuden a nosotros, como se van transformando. Cuando las personas nos apoyamos las unas a las otras y nos tratamos bien, cambiamos el chip: ya vemos las cosas de otra manera, y ese nuevo punto de vista hace que avances en más cosas.

– ¿Recuerdas algún caso concreto?

– Mira, hace pocos días vino a visitarnos un muchacho que empezamos a tratar en febrero, y que traía la boca bastante mal. Vino a darnos las gracias. Completó su tratamiento, le ha salido trabajo, se ha podido independizar… y vino a contárnoslo. Cuando llegó en febrero estaba avergonzado, no quería abrir la boca. Ahora sonríe de nuevo, y eso es muy importante. Cuando no puedes sonreír, te vas encerrando en ti mismo, te aíslas del resto del mundo. Para dar un paso y superar esta situación, es importante tener gente alrededor que te apoye

Pin It on Pinterest

X