Guitart y Cabestany en el acto de firma de la donación, junto a otros miembros del Grup de Llinars

Guitart y Cabestany en el acto de firma de la donación, junto a otros miembros del Grup de Llinars

En 1999, siete familias catalanas empezaron a congregarse anualmente para compartir las celebraciones de Pascua. Unos años más tarde, en 2003 –cuando los hijos de estos matrimonios ya se hicieron mayores–, las siete parejas resolvieron establecer una continuidad de grupo, con el fin de compartir tanto su periplo vital como los valores de la fe cristiana. La comunidad adoptó el nombre de Grup de Llinars, localidad donde tenían lugar sus encuentros. El pasado 21 de julio, una representación de este colectivo visitó la Clínica Solidaria de Granollers, donde se firmó una generosa aportación a Odontología Solidaria de 2.520 euros por parte del Grup de Llinars, donación que contribuirá a reforzar la acción de nuestra entidad a favor de la salud bucodental de los sectores de población más desfavorecidos de nuestra sociedad.

Josep Maria Guitart firmó el acuerdo en nombre del grupo junto al presidente de Odontología Solidaria, Albert Cabestany. Guitart, informático de 49 años, nos explica que las personas que integran este colectivo se reúnen “mensualmente para cenar y orar juntos en casa de una familia por orden rotatorio. Es una manera de compartir la vida y las experiencias de cada uno”. Más allá de estas reuniones, “llegó un momento en el que pensamos que podríamos hacer acciones conjuntas, siendo solidarios en la medida de las posibilidades de cada uno”. Hacia 2007, pues, “se creó un fondo común de dinero para ser adjudicado a necesidades urgentes, así como a personas o entidades que lo necesitaran”. Entre las aportaciones realizadas por la comunidad en los últimos nueve años, figuran donativos a Cáritas o al Proyecto Encuentro en Puyo (Ecuador), entre otros.

La decisión por parte del Grup de Llinars de hacer estas aportaciones surgió tras un proceso de reflexión en el que “quisimos que cada uno tomara consciencia de los ingresos que tenía, a qué dedicaba este dinero, y qué parte de los recursos destinaba a la solidaridad. Esta reflexión nos hizo ver que, probablemente, podríamos hacer más de lo que hacíamos individualmente”.

En opinión de Guirtart, el hecho de ser solidarios significa “ser coherentes con nuestra fe. Del mismo modo que a nosotros nos gustaría que nos ayudaran si tuviéramos una necesidad, miramos al exterior para ayudar a quien lo necesita”. También por una aspiración de corte social, ya que “vemos que las instituciones realmente no dan la talla ni se sitúan a la altura que requieren las circunstancias. Creemos que la unión hace la fuerza, y que a donde no llega una persona sola con una pequeña cantidad, sí llegan las aportaciones conjuntas. El Estado no es coherente, no ayuda, y si pequeños grupos como el nuestro se implicaran, las cosas irían mejor”. El Grup de Llinars colabora en proyectos “en los que podemos saber a qué se destina el dinero, donde empieza y donde acaba todo”.

Fue el propio Josep Maria Guitart quien, a través de un contacto personal, conoció el trabajo de Odontología Solidaria y propuso al resto de la comunidad realizar una aportación a la entidad. “Nos pareció muy interesante la manera de trabajar, de ir abriendo clínicas, y pensamos que aunque esta no fuera una acción urgente, si era necesaria. Nos pareció que colaborar a la compra de material para nuevos centros era muy beneficioso socialmente, tenía un impacto importante y con continuidad. Además, detrás hay personas que aportan su tiempo y sus conocimientos para hacer un servicio muy necesario. Nuestra aportación económica es un grano de arena más”.

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