José Sanchis

José Sanchis

Desde hace unas semanas, José Sanchis es el nuevo Delegado Social de la Clínica Solidaria de Valencia, que desde 1999 trabaja por la salud oral de las personas que no pueden acceder a la salud oral en condiciones de mercado a causa de su situación socioeconómica. José, protésico dental de 52 años, colabora con Odontología Solidaria desde 2008, y afronta con ilusión sus nueva responsabilidad.

— Llevas ya bastantes años implicado en el trabajo solidario de la Fundación. ¿Por qué decidiste dar el paso y formar parte de este proyecto?

— Inicialmente hubo una cosa que me llamaba la atención. Cuando me movía en los ambientes del sector, veía a menudo el adhesivo de Odontología Solidaria. Era algo que me llamó la atención, y sin conocerlo aún, ya intuía que me iba a gustar. Hasta que un día que estaba por la zona de la clínica, me decidí a subir y preguntar. Entonces vi la dinámica de OS, me gustó, y me decidí a colaborar en la medida de lo posible. A partir de este momento, poquito a poquito, fue ampliándose el foco: empecé a conocer a la gente, la manera de trabajar… y hasta el día de hoy. Estoy a gusto con la labor que hacemos.

— ¿Habías colaborado con alguna entidad de acción social anteriormente?

— Sí, pero lo dejé por circunstancias personales durante unos años. Desde bien pequeño, 13 o 14 años, estuve colaborando con Cruz Roja. En Odontología Solidaria he retomado este camino. He visto que no es nada fácil, porque hay que lidiar con bastantes cosas, pero al final las satisfacciones y las recompensas son muchas.

— Háblanos un poco de estas satisfacciones y recompensas de tipo personal…

— La situación social en la calle ahora mismo todos sabemos como está, especialmente en el sector de población que solemos tratar. Ver a las personas que salen de la clínica con esa sonrisa sincera, sin ese temor, sin llevarse la mano a la boca tapándose “la cicatriz” de ir desdentado… la verdad es que llena mucho, te inclina a pensar que todavía se pueden hacer cosas entre todos para mejorar la sociedad. Hay sitio y tiempo para todo y para todos.

— ¿Cómo has visto la evolución de la Clínica Solidaria de Valencia desde que empezaste hasta ahora?

— Poco a poco se ha ido afianzando, y una vez ha tenido una base firme he visto que ha ido bastante ligera, que está funcionando de un modo bastante dinámico. Veo que el ambiente de trabajo en la clínica es muy cordial. Los voluntarios vienen con mucha ilusión, y tratan muy bien a los pacientes, lo cual me encanta. En algunos casos, hay pacientes que parecen temer que les regañen por la situación de su cavidad bucal, pero al ver que mis compañeros les tratan con dulzura y empatía, cambian enseguida. Entre los compañeros el ambiente es muy bueno. Si no hubiera buen ambiente y cordialidad, lo que allí se hace no se podría llevar a cabo.

— ¿Qué le dirías a un compañero de profesión para invitarle a formar parte de Odontología Solidaria?

— Depende de quien fuera, siempre hay que buscar el lado humano de cada persona. Toda las explicaciones que le pudiera dar serían positivas, pero lo realmente bueno sería que nos conociera, que viera a los pacientes… lo que esa persona viviese al conocer como funcionamos.

— ¿Cómo afrontas la responsabilidad de ser el nuevo Delegado Social de la clínica de Valencia?

— Mi labor consiste en ver las posibles deficiencias que pueda tener la clínica y, sobretodo, las posibles mejoras que se puedan aplicar. También ver de que forma podemos hacer que la dinámica de la clínica sea más fluida. Siempre hay pequeños detalles que pulir. Yo lo afronto con ilusión, por supuesto. Espero colaborar a que la clínica sea todavía más funcional, y que sea beneficiosa para todos: para los pacientes y para los voluntarios. Todo el mundo puede y debe aprender de los demás.

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