Dolores Cuenca
El próximo miércoles 17 de febrero, se inaugura la nueva clínica de Odontología Solidaria en Albacete (19:00 horas). A partir de ahora, pues, la Fundación tendrá presencia en la ciudad castellanomanchega, gracias al impulso inicial de la Dra. Dolores Cuenca, promotora del nuevo centro. Médico estomatólogo de 58 años, Dolores empezó a hacer gestiones para implantar una clínica dental solidaria en su ciudad hace cerca de tres años. En esta entrevista, nos habla de todo el proceso y sus motivaciones personales.
— ¿Cómo empiezas a pensar en la posibilidad de abrir una clínica solidaria en Albacete?
— Siempre he tenido una inquietud solidaria. Leyendo revistas de nuestra profesión, siempre iba buscando algo relacionado con dentistas solidarios. Hasta que di con una información relativa a Odontología Solidaria en una de esas revistas. Fue hace algo menos de tres años. Llamé, me puse en contacto con Rafa Montaña, y él me invitó a conocer la Clínica Solidaria de Valencia. Un tiempo después me encontré con él en Valencia, donde me mostró la clínica y me comentó como trabaja la Fundación.
— ¿Tras esa primera visita en Valencia ya te decidiste a iniciar el proyecto?
— Desde el primer momento, sí. Enseguida pensé que debía empezar a trabajarlo, aunque al principio no sabía muy bien como, la verdad. En el tren de vuelta a Albacete, leí la documentación que se me había dado, y empecé a darle vueltas a la cabeza, pensando de qué manera podríamos entrar en materia.
— ¿Cómo fueron evolucionando las gestiones posteriormente?
— En aquel momento, un compañero mío de la carrera de Medicina, Ismael Tárraga, fue elegido presidente del Colegio de Odontólogos de Albacete. Yo tenía muy buena relación con él, y además es muy buena persona. De modo que hablé con él por si podía ayudarme de alguna manera. Me respondió que la idea le parecía muy interesante, y me manifestó que estaba ahí para lo que hiciese falta. Empezamos a buscar locales, y mediante una amiga mía higienista, contactamos con la Diputación de Albacete. Nos reunimos con ellos, y enseguida nos dijeron que nos podrían dejar un local libre en una residencia de ancianos muy bien situada.
— Sin embargo, al final la clínica estará en otra ubicación…
— Sí, al cabo de unos tres o cuatro meses, nos dijeron que no sería posible ocupar aquel local. Entonces optamos por buscar un local por nuestra cuenta, que encontramos por mediación de un amigo que trabaja en temas inmobiliarios, que también es compañero en una institución benéfica en la que yo estoy implicada como voluntaria. Alquilamos el local, la Diputación nos dio una subvención de más de 6.000 euros, y empezamos a trabajar con todo el equipo de Odontología Solidaria.
— Comentabas al principio que siempre has tenido motivaciones solidarias. Háblanos un poco de ellas…
— Sí. Aquí en Albacete colaboro con la Institución Benéfica Sagrado Corazón, una entidad que llevan religiosas desde hace muchos años, y que acoge a discapacitados y a otras personas con carencias físicas que no tienen apoyo familiar, ya sean mayores o jóvenes. Siempre he tenido esta motivación. De jovencita era catequista en una parroquia, y después, viviendo en Madrid, colaboré con algunas entidades. Pero cuando más me involucré fe a raíz de la muerte de mi marido, hace 19 años. A partir de ese momento me impliqué más a fondo, profundicé más en mi espíritu solidario y me comprometí más.
— Finalmente, ¿qué expectativas tiene la Clínica Solidaria de Albacete?
— Ilusión hay mucha. Hay muchos colegiados muy predispuestos al voluntariado. Estamos contentos, la gente apoya. La mayoría de dentistas de Albacete ha respondido muy favorablemente. En lo personal, yo estoy también muy ilusionada. Llegas a un momento en la vida en el que haces balance, y piensas que estas cosas son las que merecen la pena. Por supuesto que hay que trabajar para tener para vivir, pero pienso que el ser humano, como se encuentra realmente completo, es haciendo bien a otros. La satisfacción personal se consigue dándote al otro sin pensar en un beneficio económico ni en una recompensa.
