Josefina Guzmán de la Cruz, odontóloga de 58 años, ejerce en el ámbito privado, pero saca horas para colaborar como voluntaria en la Clínica Solidaria de Granollers. Originaria de la República Dominicana, actualmente reside en Barcelona. Hemos hablado con ella para conocer mejor su experiencia en la Fundación y sus motivaciones en el ámbito solidario.
– ¿Cuando empiezas a colaborar con Odontología Solidaria?
– Hace un par de años. Conocí la Fundación gracias a Albert Cabestany: él y yo trabajamos juntos, me hablaba mucho de Odontología Solidaria, y como yo hacía mucho tiempo que quería hacer alguna actividad de tipo solidario me decidí.
– ¿De dónde venía este deseo de hacer trabajo solidario?
– Es que a mi este país me ha dado mucho, y pensé que algo debía yo dar. Tenia el deseo de ayudar. Sabía que existían organizaciones solidarias, pero no sabía como encontrarlas y en realidad tampoco las había buscado mucho. Era un deseo latente que al final se pudo realizar. A mi me gusta dar algo de lo que sé, de lo único que sé. Te sientes bien dándolo.
– ¿Por un deseo de justicia, o por otras motivaciones?
– No pienso tanto a un nivel global, sino a un nivel personal. Sabes que hay mucha gente que lo pasa mal y puedes ayudar un poquito.
– ¿Qué tal la experiencia hasta el momento en la Fundación?
– A mi me gusta mucho hacer este voluntariado. El día que vienes a la Clínica Solidaria es como una salida, como un despeje: haces exactamente lo mismo de todos los días, atender a pacientes, pero a mi me despeja. Me sienta bien. Aquí hago prótesis. El trato con los pacientes en bueno en general. Normalmente son muy agradecidos.
– En algunos casos, acuden a la Fundación personas con historias personales muy complicadas…
– Sí, es verdad. Normalmente no hay mucho tiempo para hablar con los pacientes, porque se trabaja mucho, pero algunos te cuentan estas situaciones. Y da que pensar, por supuesto. Hace que te sientas privilegiada, y que pienses: “Dios mío, y tu que pensabas que tus problemas eran graves”. Te ayuda a relativizar.
– ¿Qué le dirías a un odontólogo joven para invitarle a que nos conozca?
– Que aquí se aprende mucho. Se aprende a tratar con la gente y con las situaciones que luego te vas a encontrar en la consulta, y sobretodo aprendes sobre la profesión. La gente pregunta al compañero, hay una sinergia muy positiva, y el trato con los compañeros es francamente agradable.