Abdeslam Bakouri

Abdeslam Bakouri

El Dr. Abdeslam Bakouri preside desde hace cerca de 25 años la Asociación Hanan de Tetuán (Marruecos), entidad con la que Odontología Solidaria comparte un proyecto centrado en la atención bucodental de niños y niñas con discapacidad. Médico de 68 años de edad, compagina las responsabilidades en Hanan con el ejercicio profesional en su laboratorio de análisis clínicos. Formado en nuestro país –estudió la carrera en Valencia y la especialidad en Madrid–, el Dr. Bakouri nos habla de la trayectoria y objetivos de la asociación que preside, así como de la colaboración con Odontología Solidaria.

— ¿Con qué objetivos se fundó la Asociación Hanan?

— La Asociación Hanan se fundó en 1969, y su objetivo es el cuidado de los niños con discapacidad y su educación, tanto dentro del centro como en lo relativo a la integración en las escuelas ordinarias. También tenemos bastantes talleres para la formación profesional. Nuestro objetivo fundamental es la integración de los niños con discapacidad. A nosotros no nos gusta llamarlos niños con necesidades especiales, preferimos definirlos como niños con poderes especiales, y pensamos que teniendo estos poderes especiales pueden estudiar, pueden trabajar y pueden integrarse.

— ¿A cuántos niños y niñas atienden en la actualidad?

— Son casi quinientos. Trabajamos en la atención temprana, cuando se detecta la discapacidad, con el objetivo de conseguir su integración cuanto antes mejor. Intentamos prepararlos para que a los seis años se puedan integrar en las escuelas normales. De esta manera, dejamos el centro de educación especial sólo para discapacidades graves, o para los chicos que no encuentran centro, porque en este ámbito no sólo hay que matricularlos, también hay que adaptar las escuelas y formar a los profesores. Afortunadamente, ahora tenemos unos doscientos niños que están integrados en escuelas ordinarias y van muy bien. Cuando salen de las escuelas, vuelven a la asociación para obtener un título de formación profesional reconocido por el Ministerio de Educación.

— ¿Cuáles son las discapacidades más frecuentes?

— Tenemos discapacidades auditivas y sensoriales, que son una tercera parte, y en la mayoría de los casos problemáticas intelectuales, tanto síndrome de Down, como autismo y otras… Tratamos con todo tipo de discapacidad excepto en el caso de las personas invidentes, que tienen una fundación especialmente para ellas. Como somos los pioneros, desde el principio nos vinieron todo tipo de personas. Hasta el año 1990 teníamos internado, y acudía gente de todo Marruecos. Actualmente no tenemos internado porque afortunadamente hay centros de educación especial por todo el país.

— ¿Cómo se financia la asociación?

— Mediante las cuotas de nuestros socios, que son unos 1.800. La ciudad de Tetuán es muy solidaria con la asociación, y apoya cualquier proyecto. Por otro lado, hemos tenido muchos proyectos con la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo, y con lugares como AndalucíaValenciaBarcelona o Bilbao. Nuestro mayor problema es el día a día, porque en la asociación trabajan 120 personas. Además de la parte educativa, tenemos comedor, transporte… necesitamos muchos especialistas como ortofonistas, fisioterapeutas o psicólogos. 

— ¿Qué impresión tuvo cuando se establecieron los primeros contactos con Odontología Solidaria?

— Tuvimos una gran suerte cuando nos visitó Núria Camps por primera vez. En poco tiempo hicimos un convenio y vino un primer equipo. Ahora van a venir de nuevo, el próximo día 26 de febrero. Se han encargado del equipamiento que faltaba para la consulta de odontología. Somos afortunados.

— ¿De qué modo contribuye Odontología Solidaria a los objetivos de la Asociación Hanan?

— Para nosotros esta es una cuestión muy importante, ya que los niños con discapacidad suelen tener muchos problemas de higiene bucal. Nos faltaba una colaboración y un aliado en este aspecto, y la hemos encontrado con Odontología Solidaria. Ha sido importantísimo por el material que hemos conseguido a través del proyecto, y también por las personas que han venido. Son gente muy competente como el Dr. Jesús Rueda, que tiene mucha experiencia en atención odontológica a niños con discapacidad. Todos los que han venido son gente con mucha dedicación. Estamos muy contentos de haber conseguido un convenio con una Fundación tan importante y tan seria.

— Por lo tanto, es usted optimista respecto al futuro de la colaboración entre la Asociación Hanan y Odontología Solidaria…

— Sí. A veces se inician proyectos solamente para un año, y siempre existe la posibilidad de que no haya una continuidad. Pero el convenio que firmamos con Odontología Solidaria es para tres años, con equipamiento total. Y, sobretodo, con la buena voluntad de la gente de la Fundación, que ha visto que Hanan necesita esta colaboración, y está involucrada. 

— ¿Por qué decidió usted en su día implicarse en la Asociación Hanan?

— Cuando estudiaba en España conocí varias ONG y me pareció fenomenal lo que estaban haciendo. Al regresar a Marruecos, vi que en mi país había muy pocas entidades solidarias. Me hice miembro de la Asociación Hanan con el antiguo presidente, quien antes de morir en 1993 me pidió que me hiciera cargo de la asociación. Al principio no pensaba que iba a estar tan involucrado, pero con el tiempo uno está contento de lo que está haciendo, porque hay buenos resultados. Hemos crecido, hemos tenido apoyos muy importantes tanto en Marruecos como en España, y esto te estimula.

— ¿Tiene usted a alguna persona con discapacidad en su familia?

— No, ni en mi familia ni en mi círculo cercano. Es cierto que mucha gente se implica con la Asociación como consecuencia de tener personas con discapacidad en su familia, pero no es mi caso. Aunque también le digo que, para mi, Hanan es mi familia…

— ¿De dónde surge su motivación solidaria? 

—  Si pensamos que en el mundo hay dos tipos de gente, personas con necesidad y personas sin necesidad, estamos equivocados. Todos podemos tener una necesidad en cualquier momento. Uno no debe ser egoísta y pensar: este problema no es el mío. ¡Es problema de todos! Si yo tengo posibilidades, debo pensar en quien no tiene esas posibilidades. Tenemos que ayudar, porque como dice el refrán, es de bien nacido ser agradecido. Los que ahora no tenemos problemas debemos estar contentos y ser solidarios, porque algún día vamos a necesitar también que otra gente sea solidaria con nosotros. 

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