Jesús López Espinosa

Jesús López Espinosa

Jesús López Espinosa, odontólogo de 34 años, empezó como voluntario en la Clínica Solidaria de Madrid hace dos años y medio. Estudió la carrera en la Universidad Europea de Madrid. En la actualidad tiene su propia clínica en la ciudad, y también colabora como especialista en otros centros. Esta es su experiencia y opinión acerca del trabajo que desarrolla Odontología Solidaria.

— ¿Por qué te enrolaste como voluntario en la clínica de Odontología Solidaria en Madrid?

— En un momento dado empecé a buscar sitios donde hacer voluntariado. Mi primera idea era viajar, pero me encontré con el proyecto de Odontología Solidaria en Madrid. Decidí probar, y hasta hoy. La experiencia está siendo muy positiva. Yo solo hago endodoncia, y como hay muchos pacientes que lo necesitan, procuro aprovechar al máximo todo el tiempo que estoy en la clínica, para hacer cuantas más endodoncias pueda. Voy ligerito, y aunque no ando mucho charlando con la gente, el trato con los pacientes es bueno. Entiendo que si puedo hacer una endodoncia más es mejor para ellos que si estoy ahí preguntándoles por la familia y tal. En mi clínica hablo más con la gente, pero aquí procuro sacar todo el trabajo posible, porque es lo que hace falta. La primera idea era ir a la clínica un día cada dos semanas, pero no es raro que me pidan que vaya algún día más, cosa que hago encantado.

— ¿Qué te motiva para ser voluntario?

— La necesidad de la gente. Entiendo que hace falta, y que no es necesario ir muy lejos para colaborar, ya que en el mismo Madrid hay gente que lo pasa mal y a la que podemos atender. Me parece que un poquito de cada uno es mucho para todos. Si tu aportas un granito de arena, contribuyes a que haya un poquito más de justicia social. Hay gente a la que la vida no le ha ido bien, que no ha tenido tanta suerte como nosotros, y no es justo que esta gente o sus hijos no tengan acceso a los tratamientos odontológicos. Yo quiero dedicar una parte de mi tiempo a intentar paliar esto, porque me parece que es lo más justo. Imagínate que todos los dentistas de España lo hicieran, que fueran media hora cada quince días a ver a uno o dos pacientes: todo el mundo, incluida la gente que no tiene recursos, estaría cubierto.

— Hace unas semanas, participaste en la formación que se dio en Badajoz centrada en el trato a pacientes con discapacidad. ¿Qué tal la experiencia?

— Fue interesante. Fuimos a ver el protocolo del Servicio Extremeño de Salud para los niños con discapacidad, porque trabajaremos con la Asociación Hanan de Tetuán en un proyecto de estas características. Me gustó mucho la experiencia de Badajoz, ver como tienen los protocolos y como funciona el tratamiento de pacientes especiales en el hospital con anestesia. Fue muy interesante tratar con el Dr. Rueda. Yo lo conocí en noviembre en Barcelona cuando recibió el Premio OS. Al final de su charla fui a saludarle, pero no hablamos mucho. Cuando estuve en Extremadura con él se estableció una buena relación muy buena.

—  ¿Crees que Odontología Solidaria está en un buen momento?

— La parte organizativa no la conozco muy bien. Pero en el día a día veo que va funcionando bien. Creo que damos un buen servicio a los pacientes, y que es una cosa muy bonita. También te digo que siempre se pueden mejorar las cosas.

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