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“Siento que tengo un deber hacia la gente que no ha tenido tanta suerte como yo”

Conchi Lanza

Conchi Lanza empezó a trabajar hace veinte años como protésica, y más tarde se formó como higienista dental, profesión que ejerce en una clínica de Madrid, y que compagina con los estudios universitarios de la carrera de Odontología. Nuestra compañera, de 44 años, es también voluntaria en la Clínica Solidaria de la capital, y formó parte de la primera expedición de Odontología Solidaria a Tetuán (Marruecos) a finales de 2016.

 — ¿Cuando empieza tu vinculación con Odontología Solidaria?

— Hace algo más que un año. Anteriormente estuve colaborando con otra ONG relacionada con la odontología, Dental Coop. Participé con ellos en un proyecto en los campamentos saharauis. Cada dos días íbamos a los hospitales de la zona, que están como medio abandonados, y además de atender a la gente preparábamos a los auxiliares que había, dándoles un poco de formación, sobretodo en el tema de la desinfección.

— ¿Y qué te llevó hasta nuestra entidad?

— Yo quería hacer un trabajo más continuado. Una compañera mía, higienista dental, me habló de la clínica de Odontología Solidaria en Madrid, a la que empecé a ir todas las semanas. El ambiente es muy bueno, aunque nos faltan más voluntarios. A los pacientes siempre les explico la importancia de tener una buena higiene, les advierto de que si no lo hacen pueden perder los dientes que les quedan. Creo que si a la gente le explicas el porqué de las cosas será más consciente y pondrá más de su parte.

— ¿Qué te motivó para implicarte primero en Dental Coop y posteriormente en Odontología Solidaria?

—  Yo me siento afortunada, y creo que tengo un deber hacia la gente que no ha tenido tanta suerte como yo. Para mi es una obligación. Y además es una obligación que me hace sentir bien. Si quieres también es una obligación un poco egoísta, porque uno mismo gana mucho. Poner tu granito de arena para que otra persona tenga una mejor calidad de vida o sea más feliz, comporta una cierta satisfacción personal. Soy una persona con mucha empatía, me afectan las cosas, y pienso que si hago algo que hace sentir mejor a otra persona, yo también me sentiré mejor.

— El pasado mes de diciembre viajaste a Tetuán con la primera brigada de Odontología Solidaria en el proyecto conjunto que tenemos con la Asociación Hanan. ¿Qué balance haces de esa experiencia?

— Me gustó mucho, y me ha sabido muy mal no poder haber ir al segundo viaje, porque tenía un examen en esas fechas. En el primer viaje hubo que hacer mucho trabajo previo, preparar el gabinete, y solo pudimos trabajar con pacientes un par de días. La experiencia me gustó mucho, por las características del proyecto, que atiende a gente con discapacidades en un lugar donde hay mayor pobreza. Sientes que ayudas más. Cuando vas a sitios en los que cualquier cosa que hagas significa mucho para ellos, todavía es mejor. Tengo muchas ganas de regresar a Tetuán.

— Antes de viajar a Marruecos, participaste en las jornadas de formación previas que se hicieron en Extremadura. ¿Te resultó interesante?

— Sí, guardo muy buen recuerdo. En realidad se me hicieron cortas, porque pienso que todavía tengo mucho que aprender. La experiencia de estar en quirófano me dio mucho respeto, porque creo que es una responsabilidad tratar a niños con estas problemáticas, pero me gustó mucho. También me resultó interesante a nivel profesional. Aunque yo aquí en Madrid no trabaje con este tipo de pacientes, lo que aprendí allí también me aporta conocimientos.

— ¿Qué le dirías a un compañero de profesión para que viniera a Odontología Solidaria?

— Mira, yo se lo comento a amigas en la profesión, pero pienso que al final eso tiene que salir de uno mismo. Pienso que hay que tener empatía para ayudar más. La empatía también hace que hagas mejor tu trabajo, que entiendas mejor al paciente. Estamos trabajando en el ámbito de la salud, no vendiendo chaquetas. Ser voluntario para aprender y coger mano está muy bien, porque todos aprendemos con el voluntariado, pero hay que tener claros los valores. Hay que atender a estos pacientes igual que los atenderías en el sector privado.

“Odontología Solidaria vive un momento de renovación”

Rafa Monta

Rafa Montaña

Rafa Montaña forma parte del primer grupo de profesionales del sector que, en 1994, fundó Odontología Solidaria. Protésico dental de 56 años de edad, tiene su propio laboratorio en Granollers (Barcelona), ocupación que compagina con sus responsabilidades como vicepresidente de la Fundación, donde se encarga de la coordinación de clínicas. Así ve el presente y el futuro de nuestra entidad.

— Ante todo, cuéntanos brevemente como nació Odontología Solidaria.

— Todo empezó cuando un grupo de gente, como Mercè Morató y otros compañeros, coincidimos haciendo acción solidaria en los campos de refugiados del Sahara. Luego creamos la asociación Odontología Solidaria en Granollers. Al cabo de poco tiempo, descubrimos que había otras asociaciones similares en España, como Dentistas Sin Fronteras y Odontología Sin Fronteras. Nos reunimos con ellas en Menorca y les propusimos unirnos en una única entidad. Odontología Sin Fronteras estuvo de acuerdo y Dentistas Sin Fronteras no.

— ¿Qué supuso la unión con Odontología Sin Fronteras?

— Que pasamos a tener una estructura en todo el territorio español. Nos motivaban las mismas cosas. Fíjate que ambas entidades teníamos la palabra “odontología” en el nombre, lo que indica la voluntad de abarcar todo el sector. A raíz de la fusión, teníamos presencia en Madrid y Barcelona, y realizamos muchos proyectos en países en vías de desarrollo. Hasta que una de las socias fundadoras de Odontología Sin Fronteras, Blanca Gómez de Balugera, nos cedió una clínica en Madrid, lo que nos permitió empezar a trabajar aquí.

— En la actualidad son ocho las clínicas que trabajan bajo el paraguas de Odontología Solidaria, y eres tu quien las coordina. ¿Qué implica esta responsabilidad?

— Mi trabajo es intentar que todas las clínicas funcionen igual y bien, además de animar a los grupos de voluntarios para lograr una mejor atención a nuestros usuarios con una unidad de criterio. Que las clínicas compartan protocolos es algo muy importante, pero ha habido épocas en las que no había una persona que se ocupase de este aspecto, lo que comportaba algún problema. Ahora se han unificado procesos de trabajo y precios.

— ¿Qué diferencia a Odontología Solidaria de las otras ONG del sector?

— En primer lugar quiero remarcar que todas las ONG del sector bucodental hacen un gran trabajo. Son compañeros nuestros y tenemos buena relación con ellos. En nuestro caso, creo que lo que nos diferencia es que trabajamos sobretodo en España, lo que se traduce en un esfuerzo continuado a lo largo de todo el año que implica a 400 voluntarios y a los 15 trabajadores de nuestras clínicas. Esto es un gran esfuerzo diario.

— ¿Qué es lo mejor de las clínicas de OS y qué aspecto de su funcionamiento habría que mejorar en primer lugar?

— Lo mejor es la gente que tenemos en las clínicas, y con ello me refiero tanto a los voluntarios como a los equipos técnicos. Es cierto que tenemos menos voluntariado que antes, pero es un voluntariado más fiel, con lo que los equipos funcionan mucho mejor. Esto facilita que podamos atender bien a la gente, pero también atendemos a menos usuarios de la que querríamos, porque hay días que nos faltan voluntarios.

— Según tu experiencia, ¿por qué hace voluntariado la gente?

— Creo que hay dos tipos de personas. Hay un voluntariado que viene a hacer curriculum. Por otra parte, tenemos al voluntario fiel, la persona que hace esto para sentirse mejor. Colaborar a hacer la vida más fácil a los demás le hace mejor a uno mismo. Es mi caso. Yo trabajo unos días en mi laboratorio para ganar dinero, y otros días soy voluntario en Odontología Solidaria para sentirme bien.

— ¿También para denunciar una situación injusta?

— También. Yo creo que las cosas se demuestran haciéndolas. Si solo vamos repitiendo que las cosas están mal, no cambiamos nada. Hay que demostrar que los cambios son posibles en la práctica.

— ¿En qué momento está la Fundación a tu entender?

— En un momento de renovación, iniciado el último año. Creo que es importante destacar que en el nuevo Patronato hay gente muy implicada desde hace tiempo en el trabajo diario de las clínicas, y esto me hace ser optimista.

— ¿Cómo ves Odontología Solidaria dentro de cinco años?

— Más grande y más fuerte. En los últimos años hemos profesionalizado los equipos técnicos, y yo creo que esto ya está dando sus frutos, y dará aún más. Se podrá atender a más gente y con toda seguridad tendremos más clínicas.

“Nos sentimos afortunados colaborando con Odontología Solidaria”

Abdeslam Bakouri

Abdeslam Bakouri

El Dr. Abdeslam Bakouri preside desde hace cerca de 25 años la Asociación Hanan de Tetuán (Marruecos), entidad con la que Odontología Solidaria comparte un proyecto centrado en la atención bucodental de niños y niñas con discapacidad. Médico de 68 años de edad, compagina las responsabilidades en Hanan con el ejercicio profesional en su laboratorio de análisis clínicos. Formado en nuestro país –estudió la carrera en Valencia y la especialidad en Madrid–, el Dr. Bakouri nos habla de la trayectoria y objetivos de la asociación que preside, así como de la colaboración con Odontología Solidaria.

— ¿Con qué objetivos se fundó la Asociación Hanan?

— La Asociación Hanan se fundó en 1969, y su objetivo es el cuidado de los niños con discapacidad y su educación, tanto dentro del centro como en lo relativo a la integración en las escuelas ordinarias. También tenemos bastantes talleres para la formación profesional. Nuestro objetivo fundamental es la integración de los niños con discapacidad. A nosotros no nos gusta llamarlos niños con necesidades especiales, preferimos definirlos como niños con poderes especiales, y pensamos que teniendo estos poderes especiales pueden estudiar, pueden trabajar y pueden integrarse.

— ¿A cuántos niños y niñas atienden en la actualidad?

— Son casi quinientos. Trabajamos en la atención temprana, cuando se detecta la discapacidad, con el objetivo de conseguir su integración cuanto antes mejor. Intentamos prepararlos para que a los seis años se puedan integrar en las escuelas normales. De esta manera, dejamos el centro de educación especial sólo para discapacidades graves, o para los chicos que no encuentran centro, porque en este ámbito no sólo hay que matricularlos, también hay que adaptar las escuelas y formar a los profesores. Afortunadamente, ahora tenemos unos doscientos niños que están integrados en escuelas ordinarias y van muy bien. Cuando salen de las escuelas, vuelven a la asociación para obtener un título de formación profesional reconocido por el Ministerio de Educación.

— ¿Cuáles son las discapacidades más frecuentes?

— Tenemos discapacidades auditivas y sensoriales, que son una tercera parte, y en la mayoría de los casos problemáticas intelectuales, tanto síndrome de Down, como autismo y otras… Tratamos con todo tipo de discapacidad excepto en el caso de las personas invidentes, que tienen una fundación especialmente para ellas. Como somos los pioneros, desde el principio nos vinieron todo tipo de personas. Hasta el año 1990 teníamos internado, y acudía gente de todo Marruecos. Actualmente no tenemos internado porque afortunadamente hay centros de educación especial por todo el país.

— ¿Cómo se financia la asociación?

— Mediante las cuotas de nuestros socios, que son unos 1.800. La ciudad de Tetuán es muy solidaria con la asociación, y apoya cualquier proyecto. Por otro lado, hemos tenido muchos proyectos con la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo, y con lugares como AndalucíaValenciaBarcelona o Bilbao. Nuestro mayor problema es el día a día, porque en la asociación trabajan 120 personas. Además de la parte educativa, tenemos comedor, transporte… necesitamos muchos especialistas como ortofonistas, fisioterapeutas o psicólogos. 

— ¿Qué impresión tuvo cuando se establecieron los primeros contactos con Odontología Solidaria?

— Tuvimos una gran suerte cuando nos visitó Núria Camps por primera vez. En poco tiempo hicimos un convenio y vino un primer equipo. Ahora van a venir de nuevo, el próximo día 26 de febrero. Se han encargado del equipamiento que faltaba para la consulta de odontología. Somos afortunados.

— ¿De qué modo contribuye Odontología Solidaria a los objetivos de la Asociación Hanan?

— Para nosotros esta es una cuestión muy importante, ya que los niños con discapacidad suelen tener muchos problemas de higiene bucal. Nos faltaba una colaboración y un aliado en este aspecto, y la hemos encontrado con Odontología Solidaria. Ha sido importantísimo por el material que hemos conseguido a través del proyecto, y también por las personas que han venido. Son gente muy competente como el Dr. Jesús Rueda, que tiene mucha experiencia en atención odontológica a niños con discapacidad. Todos los que han venido son gente con mucha dedicación. Estamos muy contentos de haber conseguido un convenio con una Fundación tan importante y tan seria.

— Por lo tanto, es usted optimista respecto al futuro de la colaboración entre la Asociación Hanan y Odontología Solidaria…

— Sí. A veces se inician proyectos solamente para un año, y siempre existe la posibilidad de que no haya una continuidad. Pero el convenio que firmamos con Odontología Solidaria es para tres años, con equipamiento total. Y, sobretodo, con la buena voluntad de la gente de la Fundación, que ha visto que Hanan necesita esta colaboración, y está involucrada. 

— ¿Por qué decidió usted en su día implicarse en la Asociación Hanan?

— Cuando estudiaba en España conocí varias ONG y me pareció fenomenal lo que estaban haciendo. Al regresar a Marruecos, vi que en mi país había muy pocas entidades solidarias. Me hice miembro de la Asociación Hanan con el antiguo presidente, quien antes de morir en 1993 me pidió que me hiciera cargo de la asociación. Al principio no pensaba que iba a estar tan involucrado, pero con el tiempo uno está contento de lo que está haciendo, porque hay buenos resultados. Hemos crecido, hemos tenido apoyos muy importantes tanto en Marruecos como en España, y esto te estimula.

— ¿Tiene usted a alguna persona con discapacidad en su familia?

— No, ni en mi familia ni en mi círculo cercano. Es cierto que mucha gente se implica con la Asociación como consecuencia de tener personas con discapacidad en su familia, pero no es mi caso. Aunque también le digo que, para mi, Hanan es mi familia…

— ¿De dónde surge su motivación solidaria? 

—  Si pensamos que en el mundo hay dos tipos de gente, personas con necesidad y personas sin necesidad, estamos equivocados. Todos podemos tener una necesidad en cualquier momento. Uno no debe ser egoísta y pensar: este problema no es el mío. ¡Es problema de todos! Si yo tengo posibilidades, debo pensar en quien no tiene esas posibilidades. Tenemos que ayudar, porque como dice el refrán, es de bien nacido ser agradecido. Los que ahora no tenemos problemas debemos estar contentos y ser solidarios, porque algún día vamos a necesitar también que otra gente sea solidaria con nosotros. 

‘Toc toc’, teatro solidario en Albacete

La Fundación Odontología Solidaria organiza la representación teatral de la comedia Toc toc, que tendrá lugar el próximo día 25 de febrero en el Teatro Municipal de Albacete (19 horas). El donativo de la entrada es de 6 euros.

Escrita por el autor francés Laurent Baffie, y subtitulada La comedia más obsesiva, Toc Toc es una farsa cómica en dos actos que narra el encuentro, en la sala de espera de una consulta de psiquiatría, de seis personas, cada una con un toc (trastorno obsesivo compulsivo) diferente. La obra fue estrenada en 2005 en París, y desde entonces ha sido vista por miles de espectadores en Francia, Bélgica, Canadá y España.

Tendencia a decir obscenidades (coprolalia), repetición sistemática de palabras o frases (palilalia), necesidad patológica de contar objetos (aritmomanía), miedo extremo a enfermar (nosofobia), perturbación del lenguaje que consiste en repetir el enfermo involuntariamente una palabra o frase que acaba de oír o pronunciar él mismo (ecolalia)… Esas son algunos de los trastornos que sufren los protagonistas de la obra, y cuya cura han ido a buscar a la consulta. Las situaciones que se generan en esta sala de espera son fuente de comicidad para los espectadores de la obra.

El espectáculo será representado por el grupo de teatro local Miel Sobre Hojuelas, bajo la dirección de Juan Pedro Bermúdez Algaba. Las entradas se pueden adquirir en la Clínica Solidaria de Albacete (C/ Gerona, 21, local), la Clínica Dental Doctora Cuenca (C/ Tesifonte Gallego, 27, 2º) y el Colegio de Odontólogos de Albacete (Plaza Altozano, 11, 1º Izq.)

El Consejo General de Dentistas recibe el Premio OS 2016

Entrega Premio OS

Óscar Castro (derecha) recibe el XI Premio OS

El Consejo General de Dentistas de España recibió el XI Premio Odontología Solidaria, otorgado por el Patronato de la Fundación con el objetivo de reconocer la labor de quienes han efectuado acciones sanitarias a beneficio de las personas con dificultades para acceder a la salud bucodental. El presidente del Consejo, Dr. Óscar Castro, recogió el galardón el pasado día 28 de enero en Madrid, en un acto celebrado tras la Asamblea General de Odontología Solidaria.

En su discurso de aceptación, Castro agradeció la distinción, señalando que suponía “un honor que se valore el trabajo desinteresado que hacen tantos profesionales para que una odontología de calidad y verdaderamente solidaria esté al servicio de las personas que realmente lo necesitan”. El presidente del Consejo elogió también el trabajo de Odontología Solidaria y los voluntarios que trabajan en sus ocho clínicas en diversas ciudades.

Óscar Castro abogó en su intervención por la necesidad de “garantizar que las personas más necesitadas reciban los tratamientos odontológicos que demandan”, enfatizando a renglón seguido la necesidad de “evitar mediante las diferentes acciones de índole política que estamos efectuando que los empresarios sin escrúpulos puedan jugar con las ilusiones y con la salud de lo más desfavorecidos”. En este sentido, agregó que el Consejo trabaja por una regulación de la publicidad sanitaria que impida que determinadas firmas lancen mensajes engañosos, “para lo que ya tenemos el compromiso del Ministerio de Sanidad y el apoyo de una amplia mayoría de diputados y senadores”.

El presidente del Consejo indicó que este organismo, mediante la Fundación Dental Española, “ha avalado y apoyado recientemente las doce clínicas solidarias que dependen de colegios oficiales de dentistas, y estamos trabajando para que nuestro mensaje llegue con nitidez a la sociedad. Porque es en estas clínicas, y en otras similares como las de vuestra Fundación, merced a las cuales habéis podido atender a más de 50.000 personas desde el año 1994, en las que se puede y se debe confiar”.

La entrega del XI Premio Odontología Solidaria tuvo lugar en la sede de la Asociación Española de Fundaciones, cuyo presidente, Javier Nadal, asistió al acto en compañía de otros invitados como el Dr. Antonio Montero, presidente del Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de la I Región, el Dr. Agustín Moreda, presidente del Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de la VIII Región, y el Dr. Ismael Tárrega, presidente del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Albacete.

María Dolores Cuenca, nueva presidenta de Odontología Solidaria

María Dolores Cuenca

María Dolores Cuenca

La Dra. María Dolores Cuenca es la nueva presidenta de Odontología Solidaria, encabezando el nuevo Patronato de la entidad que fue aprobado por los socios de la misma durante la Asamblea General celebrada en Madrid el pasado sábado día 28 de enero.

La Dra. Cuenca, que toma el relevo de Albert Cabestany en el cargo, asume la presidencia de un Patronato muy renovado, que también está integrado por el Dr. Jesús Rueda (vicepresidente), Rafa Montaña (vicepresidente), Rosa María Tarragó (secretaria), el Dr. José Manuel Díaz López-Dóriga (tesorero), Alba Murillo (vocal), Marisol Velarde (vocal), Lara Vivero (vocal), Silvia Yuste (vocal) y el Dr. Federico Gerona (vocal), 

Médico estomatólogo de 59 años, María Dolores Cuenca promovió la puesta en marcha de la clínica de Odontología Solidaria en Albacete, inaugurada el 17 de febrero del pasado año 2016. En esta entrevista publicada con motivo de la apertura de la clínica castellanomanchega, Cuenca detalla el largo proceso de trabajo previo que comportó, así como las complicidades que se generaron para que el proyecto llegara a buen puerto. Su alta implicación en la Fundación, llevó a María Dolores Cuenca a formar parte de la primera brigada de Odontología Solidaria en Marruecos el pasado mes de diciembre.

Más de 6.900 personas atendidas en 2016

Las ocho clínicas de Odontología Solidaria atendieron en 2016 a un total de 6.968 personas en riesgo de exclusión social, pacientes que llegaron a nuestra entidad derivados por servicios sociales de ayuntamientos y comunidades autónomas, centros de salud y entidades del tercer sector. Los primeros datos provisionales correspondientes a la actividad de la Fundación el pasado año, indican que entre estos usuarios, 788 eran menores de hasta 14 años de edad. El número de pacientes nuevos tratados por OS durante el mismo periodo asciende a 4.702.

La labor realizada se debe esencialmente a los voluntarios de la Fundación, que destinaron a la acción solidaria un total de 13.860 horas de trabajo, lo que en condiciones de mercado hubiera alcanzado un valor de 758.925 euros. Odontología Solidaria contó en 2016 con 368 voluntarios. La mayoría de ellos (un 48%) eran odontólogos, seguidos por higienistas (22%), estudiantes (14%), auxiliares de clínica (8%), auxiliares administrativos (4%), higienistas en prácticas (3%) y personas correspondientes a otros perfiles (2%).

El impacto social del trabajo realizado es evidente, pese a lo cual mucho es el trabajo que nos queda por hacer todavía, ya que según los datos todavía permanecen en lista de espera para empezar tratamiento 5.299 personas.

“Sin ayudar a los demás, la vida no tiene sentido”

Marisol Velarde

Marisol Velarde

Marisol Velarde, de 38 años, es odontóloga endodoncista. Estudió la carrera en su Bolivia natal, para trasladarse luego a Madrid, donde empezó a colaborar con Odontología Solidaria. Actualmente reside en Andalucía, y es la Delegada Social de la Clínica Solidaria de Fuengriola (Málaga).

— ¿Cómo entraste en contacto con la Fundación?

— Fue hace cuatro años, cuando estaba haciendo la homologación en la Universidad Complutense de Madrid, y unos compañeros de la facultad me hablaron de Odontología Solidaria y de la posibilidad de hacer voluntariado. Miré por internet de qué se trataba, y luego entré en contacto con la Clínica Solidaria de Madrid, que está en Vallecas.

— ¿Era tu primera experiencia en el mundo del voluntariado?

— No. Ya en Bolivia, cuando terminé la carrera, estuve colaborando en un centro de niños con discapacidad mental, donde había una clínica dental. Estuve un par de años en ese centro como voluntaria, luego me pasé a un psiquiátrico… Cuando vine a España y tuve la oportunidad de hacer otra vez voluntariado, encontré Odontología Solidaria, que es lo mejor en verdad, porque es lo que yo se hacer. La vida me lleva por caminos de voluntariado. Me hace sentir mejor, por supuesto. Soy completamente feliz.

— Estuviste dos años de voluntaria en Madrid, y ahora estás en la clínica de Fuengirola.

— Sí, pronto hará también dos años. Cambié de ciudad por razones personales, y todo fue por casualidad. Cuando vine de Madrid a Fuengirola, fui a una entrevista de trabajo y me encontré con Ana Campi, que me contó que hacía pocos meses se había abierto la clínica de Fuengirola. Yo estaba encantada, porque al principio de vivir aquí no tenía trabajo, y podía ir todos los días a Odontología Solidaria. Ahora mi situación laboral ha cambiado, trabajo como autónoma en diferentes clínicas, y no puedo ir tanto, me queda libre un turno por semana haciendo todo lo posible.

— ¿Es bueno el trato con los compañeros?

— Claro. Esto es casi como una religión. Las personas que van allí son como tu, así que el ambiente es estupendo. Todos son un amor, aportan su tiempo y su trabajo. Los compañeros de OS son diferentes, tienen otro punto de vista sobre la odontología, en el sentido de que tu trabajo no es algo que haces por dinero, sino por vocación.

— ¿Y cómo es tu relación con los usuarios, que muchas veces pasan por situaciones personales bastante duras?

— Yo vengo de una familia humilde, ha sido un poco complicado salir adelante, y tengo mucha empatía con la gente. No soy empática porque el trabajo lo requiera, por psicología, sino porque me sale del alma. Hay una conexión humana con los pacientes.

— Eres la Delegada Social de la clínica de Fuengirola. Háblanos un poco de esta responsabilidad…

— Bueno, eso surgió porque yo era de las que más iba a la clínica, y conocía a casi todos los voluntarios. Me plantearon que fuera yo la delegada y lo acepté. Sigo siendo la misma, sólo intento que los voluntarios participen un poquito más, y procuro estar pendiente de la gente…

— ¿Qué le dirías a un compañero de profesión para que viniera a Odontología Solidaria?

— Le diría que la vida sin ayudar a los demás no tiene ningún sentido. Y más en el ámbito de la odontología, que es una cosa muy cara e inaccesible para muchas personas.

“Nuestra sociedad avanzará gracias a la solidaridad”

Robert Monzó

Robert Monsó

Robert Monsó, médico odontólogo de 58 años, colabora en la Clínica Solidaria SOPS Badalona, que atiende a pacientes con VIH, a la que acude como voluntario quincenalmente. Sus motivaciones solidarias tienen un doble vector, espiritual y social, del que nos habla en esta conversación.

— Tu vinculación con Odontología Solidaria viene de lejos…

— Sí. Llegué a través de una odontóloga conocida mía que colaboraba en la Fundación y me comentó el funcionamiento. Empecé como voluntario en SPOTT Barcelona, donde estuve un par de años colaborando. Luego lo dejé, y unos cuatro años después volví a contactar con Odontología Solidaria para reprender la colaboración. Desde hace cuatro años, estoy como voluntario en SOPS Badalona.

— ¿Por qué decidistie reengancharte?

— Quería hacer un voluntariado en mi ámbito laboral. Com ya tenía la experiencia de mi primera etapa con Odontología Solidaria, decidí regresar. Yo soy cristiano evangélico, y sigo la enseñanza de Jesús en cuanto a acercarse a los demás, ayudarlos y entender sus necesidades. En este sentido, colaboro en distintas entidades. Soy voluntario de Amics de la Gent Gran, donde hago acompañamiento a una abuela de 103 años, que es la veterana de la ONG. En la comunidad de mi iglesia hacemos donación de alimentos, y también colaboro con la ONG Nova Vida del barrio del Raval en Barcelona, donde hacemos cenas para personas sin techo.

— Dejando de lado la motivación que deriva del aspecto religioso, ¿en esta actividad hay también un componente social?

— Claro que sí. Mi motivación de fondo es espiritual, pero lo que buscaba Jesús, como busco yo, era la justicia social, algo que no existe en el mundo. Se trata de dar un poco de lo que recibes a la gente que lo necesita.

— En Badalona se trata a pacientes con VIH. ¿Qué características especiales tiene trabajar con estas personas?

— Básicamente, son personas que están mal de salud. Hay que estar atento a los tratamientos que se hacen, especialmente en las extracciones, por el tema de la coagulación. Pero para otros aspectos no hay ninguna diferencia.

— ¿Tu experiencia al tratar con estos usuarios?

— Muy buena, hay una relación muy buena. Ellos saben que nosotros somos voluntarios, y siempre hay una disposición especial, y muy buen entendimiento en general, aunque siempre puede haber alguna excepción. Las personas que vienen agradecen mucho el trabajo que hacemos y quedan contentos con él. A parte de prestar un servicio, también recibes mucho de la gente que viene, básicamente su agradecimiento, o el hecho de ver que están contentos cuando salen de la clínica con la boca arreglada, que es algo muy importante para ellos por temas de trabajo. Es la satisfacción de hacer feliz a la gente,

— Esa es tu recompensa, ¿no?

— Sí, aunque no hago esto para buscar una recompensa. Pero sí, te alegra ver que realmente estás haciendo un trabajo necesario, porque hay gente que no tiene posibilidades de ser tratada en otros lugares.

— ¿Crees que en general esta profesión es solidaria?

— Creo que últimamente la cosa ha ido a más, quizá porque en el ámbito profesional en este momento hay más oferta que demanda. En estos últimos años ha habido un cambio bastante importante en la profesión. Existen varias entidades que trabajan en este tema, y otras que trabajan fuera de nuestro territorio. Yo he tenido la posibilidad de colaborar en África. Esto significa que, poquito a poco, esta está siendo una profesión más solidaria.

— Háblanos de la experiencia en África que has mencionado hace un momento…

— Estuve en Guinea Ecuatorial. Estuve 15 días en una clínica odontológica. Hice este voluntariado con una ONG que se llama Más que Salud, que es una entidad cristiana evangélica. Fuimos allí profesionales de diferentes especialidades médicas: medicina general, pediatría, odontología…

— Decías antes que la profesión es más solidaria ahora que antes. ¿Dirías que nuestra sociedad también?

— Yo creo que sí. Y que gracias a ello nuestra sociedad avanzará. Si lo esperásemos de los de arriba, mal irían las cosas. Yo creo que hay mucha solidaridad, mucha gente que se mueve. Creo que en general tenemos consciencia de que hay que ser solidario con el prójimo, porque en un momento determinado puedes ser tu quien necesite ayuda. La vida da muchas vueltas y nunca sabes donde puedes ir a parar. Hoy en día hay mucha información, se mueven muchas cosas, existen muchas entidades, y creo que quien quiere colabora. En este momento no puedes escudarte en el desconocimiento. No hay excusa para no colaborar.

— ¿Y qué habría que hacer para que los de arriba también hicieran lo que corresponde?

— Buena pregunta… Creo que tendrían que ir a pie y tocar un poco más de calle, conocer más la realidad. Me parece que también son conscientes de ello. Últimamente hay partidos políticos que enfatizan más el problema social, ya sea en cuanto a la pobreza energética o el tema alimentario. Yo creo que el dinero puede redistribuirse se otra manera, y que en nuestro mundo no tendría que haber las carencias y diferencias que existen actualmente. Hace falta un cambio de mentalidad a nivel político, que poco a poco va llegando.

“Todos tenemos capacidades para mejorar este mundo”

Dimitrii Chursin

Dimitrii Chursin

En 2014, Dimitrii Chursin llegó procedente de Moscú a nuestro país, donde se instaló con su familia. Odontólogo de 33 años, es uno de los voluntarios de la Clínica Solidaria de Valencia, experiencia que valora muy positivamente a lo largo de la conversación que hemos mantenido con él.

— ¿Cuanto tiempo llevas en Odontología Solidaria?

— Empecé la primavera pasada. Me invitó mi esposa, Mariia, que también es voluntaria en la clínica de Valencia. Yo nunca había trabajado en una entidad solidaria, y decidí probarlo. Ahora puedo decir que estoy muy satisfecho con la experiencia, y le doy las gracias a mi mujer por invitarme a la Clínica Solidaria. Hasta ese momento, en realidad yo no sabía que me gustaba ayudar a la gente. Me gusta cuando veo que un paciente está contento, que sale de la consulta con una sonrisa, feliz. Cuando esto pasa, tengo también una sensación de alegría, me da muchas fuerzas para mi mismo. Me da fuerzas para seguir adelante. A veces nuestro trabajo es muy duro, pero cuando ves a un paciente contento, y que te comenta que su vida ha mejorado mucho, es algo que vale mucho la pena. Es un gran estímulo

—  ¿Por qué dices que vuestro trabajo es muy duro?

— A veces hay mucho estrés. Se deben tomar decisiones, tenemos una responsabilidad. Los pacientes que acuden a la clínica tienen muchos problemas, y a menudo un problema conlleva otro problema. Normalmente, su estado bucal es un reflejo de su estado general, de la vida que llevan. Nosotros entendemos perfectamente que nuestros pacientes son personas que tienen muchas dificultades, y podemos solucionar al menos una parte de estas dificultades. Para un paciente es muy importante volver a sonreír, no tiene precio.

— Coméntanos un poco cómo es el trato con los usuarios de la clínica en el día a día…

— Depende de las personas. Hay casos muy complicados, sobre todo en los pacientes que tienen algún tipo de discapacidad. Debemos estar preparados para estos casos, prestarles la misma atención, y en ocasiones es algo difícil, porque nos enfrentamos a situaciones bastante complicadas. También hay ocasiones en las que debemos explicar al paciente cuestiones básicas de higiene oral, explicarle por qué su salud bucal es importante y el modo en que ésta influye en su vida. Cualquier tratamiento, por más bueno que sea, no aguantará mucho sin que el propio paciente se esfuerce en mantenerlo: su salud bucal también depende de él. La educación de los pacientes es muy importante.

— ¿Dirías que en Odontología Solidaria has aprendido más a nivel profesional o a nivel humano?

— En los dos niveles. Como te decía, en la parte odontológica nos enfrentamos a casos clínicos complicados que implican tomar decisiones. Normalmente, hablo con mis colegas, con  protésicos dentales y con otros odontólogos, para poder elegir una mejor solución para mi paciente. Pero el factor humano influye mucho. Ahora entiendo perfectamente como es trabajar con personas con dificultades de varios tipos, con problemas graves. Es muy importante saber tratar a estas personas, y es la mejor experiencia posible. Para mi todos los pacientes son iguales; según los casos, el abordaje es diferente, pero el resultado tiene que ser siempre el mismo, un buen tratamiento.

— ¿Cómo definirías el ambiente de trabajo?

— Es un ambiente de respeto mutuo, que te aporta la sensación de equipo. En cualquier momento puedes pedir ayuda a tus compañeros de trabajo, siempre funciona el apoyo entre nosotros. Si un compañero no alcanza a atender a su paciente debido al trabajo que tiene, yo me encargo de atender a este paciente para que no espere. Es como una familia, el componente de amistad está presente. Y el respeto, insisto: sin respeto no puede existir un un equipo, ni una familia.

— ¿Cómo explicarías lo que hacemos en Odontología Solidaria a alguien que no supiera nada de nosotros? 

— Le diría que lo que hacemos es mucho más que solo trabajo, es otro nivel. Como personas de un mundo abierto, del espacio único que es nuestro planeta, es mejor que nos ayudemos entre nosotros compartiendo nuestra experiencia independientemente del país, de la religión o de lo que sea. Cada uno de nosotros tiene capacidad para mejorar este mundo. Yo no sé hacer muchas cosas, pero soy odontólogo, y si mi trabajo hace un poco mejor este mundo, no deseo más. Cada día vemos como cambiamos la vida de nuestros pacientes, y esto es lo mejor de todo.

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